Las imágenes que se presentan al público coronguino en el slide muestran bellos panoramas de los barrios de Corongo, el rio, los puentes, Cochapampa y del nevado Champará.
El Juez de Aguas durante la festividad patronal de San Pedro de Corongo, acostumbra a salir con su banda y colaboradores por las mañanas y tardes a las principales calles y la plaza de armas, para dar a conocer a la población su tonada y visitar a sus cabecillas. En el presente video el Juez de Aguas de Parte Alta de Corongo del año 2009, señor Juan Armijo Flores, se desplaza por la Jirón Lima y Calle Grande, para luego dirigirse a su domicilio en el cual sirve un almuerzo para los asistentes.
La misa en honor a San Pedro de Corongo se realizó a las 9.30 a.m. del 29 de junio en la parroquia San Lázaro, como se viene realizando en casi 30 años, de conformidad con la tradición que se sigue en Corongo. La misa fue oficiada por el párroco Luís Valderrama, con la asistencia del Hno laico Jaime Quispe Cansino.
En esta ceremonia el Hno Quispe renovó votos como agente pastoral ante el párroco de San Lázaro como se puede visualizar en las imágenes. Luego de solemne misa, se efectuó una gran procesión con la nutrida concurrencia de la colectividad coronguina residente en Lima. A diferencia de años anteriores, la procesión no transitó por la Av. Francisco Pizarro y la Prolongación Tacna como siempre se hacía, sino por el Jirón Trujillo. Ello debido a que la Prefectura de Lima prohibió el recorrido habitual por la ejecución de las obras viales.
Como ya es costumbre con la Hermandad, acompañaron la procesión de San Pedro una numerosa legión de pallas y panatahuas, además del público coronguino.
Tras el majestuoso ingreso de la procesión de San Pedro, Jueces de Aguas (hnos De la Cruz), campos, cabecillas, pallas, panatahuas y público coronguino al local del Club Social del Ministerio de Economía, se dio inicio al tan esperado baile con la música típica de corongo.
En la primera parte de la tarde, 1.30 p.m. a 4.30 p.m., destacaron en el baile las pallas y los panatahuas, incluyendo el momento en que se ejecuta la adoración al santo patrón. Todo ello siguiendo la tradición coronguina. Posteriormente, se impuso el baile general del público coronguino al compas de las melodías de las bandas orquestas, San Pedro y Juventud San Isidro, y de las roncadoras de Corongo.
A las 7 00 p. m. se proclamó al Juez de Aguas del 2010, Ing. Javier Moreno Sotomayor, quien dirigió unas palabras al público y presentó a sus 42 campos y 11 cabecillas, sobre los cuales irá sumando otros en el trascurso de los próximos meses.
Alrededor de las 8 p.m. se inició la quema de los juegos artificiales: castillo, vacas locas y ruedas.
Este desplazamiento duró dos horas. En el trayecto se bailaba en dos grupos. El primer grupo con San Pedrito el Borrachito, bailaba con mucho dinamismo al ritmo de las melodías de los cajeros de panatahuas. Los danzantes llevaban faroles, a San Pedrito sobre sus hombros o simplemente danzaban. Este grupo observaba mucha movilidad, como es usual avanzando y retrocediendo, e incluso atravesando al grupo de baile del Juez de Aguas.
El otro grupo bailaba al compás de la Banda Orquesta San Pedro de Corongo, cuyo eje era el Juez de Aguas, representado en esta oportunidad por José De la Cruz Pioquinto. En el grupo destacaba la indumentaria típica coronguina: hombres con poncho y sombrero, y las mujeres con pañolón, sombrero y velones o botella de anisado o menta. Este grupo avanzaba lentamente, provocando un desplazamiento pausado de toda la muchedumbre.
A los costados de estos dos grupos, acompañaba un amplio contingente de público coronguino. Grupos de baile y de acompañantes mostraron su alegría y conformidad por la preservación de las costumbres coronguinas del rompimiento.
Este conjunto de coronguinos en movimiento se fusionó con otro grupo numeroso que esperaba en las cercanías del local para ingresar juntos a la fiesta acompañando al Juez de Aguas y San Pedrito. Dicho ingreso se realizaba a las 11.30 p.m.
El baile general, al son de Bandas Orquestas, San Pedro y Clarín de San Isidro, y de las roncadoras, se inició alrededor de las 12 a.m.
Por decisión de Jueces de Aguas, hermanos De la Cruz, el castillo se quemó a la 1 p.m., a la 1.30 a.m. las vacas locas y a las 2 a.m. las ruedas.
Entre estos destacó el castillo, que por cierto no fue espectacularmente grande, pero si bonito y colorido. También debe mencionarse que las vacas locas presentaron la particularidad de que echaban chispas hasta una distancia de 10 metros, por lo cual no necesitaba acercarse al público para hacerlo correr.
Finalmente, debe señalarse que como pocas veces mucha gente bailó alrededor del castillo mientras este se quemaba, reflejando el jolgorio mayoritario de los asistentes.