Los asaltos a onnibuses interprovinciales va en aumento en el país y Áncash no es la excepción. Los coronguinos desde luego vienen siendo también victimas ocasionales a la salida de Chimbote de estos piratas de tierra, cuando no se cuenta con resguardo policial financiado con la chancha de los propios pasajeros.
Como sabrán algunos lectores, a fines de julio del año pasado, seis delincuentes secuetraron un onmibus de la empresa Perla de Altamayo que iba a Corongo, llevando el vehiculo unos 500 metros de la carretera para entre maizales despojar de las pertenencias de valor de los pasajeros (dinero, joyas, celulares, laptop, camaras, etc) y desvalijar los artículos de valor de los equipajes. Este asalto duro alrededord de una hora, en el que los delicuentes actuaron con la mayor libertad, sin restricción de tiempo y con la seguridad de que no les pasaba nada.
Estos hechos, censurables y punibles por ser delitos que perjudican a los ciudadanos y turistas que viajan a los pueblos del interior, tienen un efecto económico negativo, porque desalienta el comercio y el turismo, actividades que ayudan al sostenimiento de las provincias. Por todo ello, estos delinciuentes merecen doble censura y una mayor pena.
Ayer, se difundio otra noticia, en el Diario la República, de cuatro asaltos de buses en Áncash que preocupa e indigna, cuyo link se muestra más abajo.
Asaltan a 250 pasajeros de cuatro buses en Áncash
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