Por: Carlos Valderrama
Ese remanente minero es el dinero que le queda a las grandes empresas que operan en la región Áncash después de distribuir entre sus trabajadores las utilidades obtenidas el año 2006. Por ley, ese monto debe ser entregado a las regiones para la ejecución exclusiva de obras de infraestructura vial, es decir carreteras, trochas carrozables, entre otras, que permitan el desarrollo económico y social de las provincias.
Los S/.530 millones provienen de los remanentes de las mineras de Áncash, Antamina, Barrick, Huinac, entre otras. Este monto fue el que recibió el presidente regional Álvarez hace unos meses luego de haber cambiado a soles los 140 millones de dólares entregados originalmente por las mineras. La operación generó un escándalo, debido a que incidió en la sorpresiva caída del precio del dólar y a que supuestamente no se hizo una subasta entre los bancos para optimizar la conversión a soles.
Pero, ¿qué es lo que está pasando en torno a este remante?.
Ha surgido repentinamente y a una velocidad inusitada la intención de aprobar un proyecto de ley que recorta los remanentes mineros a 13 regiones del país, entre ellas Áncash. Y es que esta iniciativa legislativa fue aprobada con una inusual celeridad por la Comisión de Trabajo, que ya quisiéramos que así se proceda con los proyectos de ley verdaderamente importantes para los intereses nacionales.
Sin duda que los buenos congresistas y las personalidades serias están en contra de este proyecto de ley, que debe además merecer el rechazo unánime de los coronguinos y todos los ancashinos porque afecta nuestro desarrollo vial y económico. Nuestras esperanzas de tener carreteras o mejores carreteras que una distritos, provincias de Áncash y, el departamento con las regiones de la selva peruana y brasileña podrían ser esfumadas por causa de la envidia y las rencillas políticas, que han tomado la forma de este proyecto de ley.
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