En 1979, un coterráneo san pedrano inquieto, Marino Valverde Pinedo, cursó una cordial invitación a un buen numero de coronguinos sin filiación institucional para participar como integrantes Asociación Central Coronguina, pero específicamente para formar parte de la “Hermandad” que existía de modo informal y sin la organización adecuada. Por supuesto, como fervorosos devotos de San Pedro aceptamos gustosos esta feliz invitación. En aquel entones la a Asociación Central Coronguina había designando como juez de agua al señor Toribio De la Cruz Armijo.
Concurrimos a las reuniones convocadas y confirmamos entusiasmados nuestra adhesión a la “Hermandad” en formación y brindamos nuestro disciplinado contingente de hermanos para todas las tareas. No obstante, pronto fuimos decepcionados. En las reuniones observamos que nuestros anfitriones (Rodolfo Espinosa y Ferrer Roldán) sólo pretendían utilizarnos en beneficio propio. Pues, estaba claro que nuestra presencia era para hacer multitud y llenar el vacío, y era notoria la indiferencia de sus promotores por la “Hermandad”. El grupo carecía de objetivos y de una verdadera visión de vida institucional y era evidente que sólo se perseguía el interés económico y personal. Ante este panorama gris que nos ofrecía la Asociación Central Coronguina a los fieles devotos de San Pedro, decidimos realizar nuestras propias reuniones para analizar la situación.
Después de varias reuniones en las cuales se evaluaron los aspectos positivos y negativos de la “Hermandad” de la Asociación Central Coronguina, y dado que nuestra firme convicción era trabajar por Corongo, decidimos de forma unánime, formar una nueva institución que denominamos LA HERMANDAD SAN PEDRO DE CORONGO. Tomado el acuerdo, se procedió a comunicar a los miembros de la Asociación Central Coronguina, quienes aceptaron nuestra decisión con resignación y sin confrontaciones. El día 7 de abril de 1979 reunidos en el Jardín Villacampa, por expresa voluntad de los asistentes, nació la nueva institución, la cual seria la encargada a partir de la fecha de realizar las tradicionales festividades en honor a nuestro Patrón SAN PEDRO el 29 de junio y en los días previos en la ciudad de Lima. De este modo se creó nuestra querida institución.
Entre los primeros acuerdos, adoptados por la “nueva” Hermandad estuvo el nombramiento de una comisión encargada de hacer restaurar la Imagen de San Pedro, la cual se encontraba muy deteriorada al haber estado abandonada por varios años en el local jardín Villacampa. Dicha comisión estuvo constituida por los siguientes hermanos: Mariano Valverde en su calidad de Presidente, Adán Reyes, Julio Jara, Enrique Bonifacio Huiza y Basilio Vivar. La comisión cumplió bien el encargo, hizo restaurar la imagen de San Pedro, y nunca más San Pedro sufrió de deterioro y abandono.
En la foto de la izquierada, el Padre Maguiña en la Iglesia San Lázaro bendiciendo el Anda y los ornamentos de San Pedro. En la foto de la derecha, los socios de la Hermandad tras culminarse la bendición antes señalda
El costo de la restauración fue de S/. 15 000, de la época, realizada por la casa San Martín y cancelado con el aporte de los flamantes miembros de la institución naciente.
Posteriormente, esa misma comisión realizó las gestiones ante el Párroco de San Lázaro, Padre Javier Maguiña Gonzáles, para que San Pedro sea albergado en el templo a su cargo. Gracias a la comprensión del Padre Maguiña, desde 1979 hasta la fecha se encuentra en dicho templo. En la actualidad, San Pedro continua en esta parroquia por la ratificación expresa de dicho alojamiento por parte del actual Párroco Padre Luis Valderrama. En esta parroquia, por tanto, los coronguinos residentes en la capital tienen la oportunidad permanente de visitar a su Santo Patrón.
Ante la proximidad de la fiesta de junio de 1980 el señor Rodolfo Espinoza, con el devoto señor Toribio De la Cruz Armijo, comenzaron a indagar sobre el paradero de la imagen para realizar su festividad. Ante la desesperación de los miembros de la Asociación Central Coronguina y del devoto, se procedió a informar que la imagen restaurada estaba en el Templo San Lázaro y que su salida sería previa autorización de su párroco y en compromiso de devolverlo el mismo día antes de las 7:00 p.m..
Durante las novenas que anualmente se realizaban ene el local Jardín Villacampa, los integrantes de la “nueva” Hermandad, sólo participamos en forma individual, pero con plena conciencia de lo que haríamos después de la fiesta patronal. A pesar de la situación, se colaboró con la procesión, al conseguir la participación de la Hermandad de Cargadores de la Virgen del Carmen de San Martín de Porras y obtener en préstamo él anda de su Patrona. De este modo, San Pedro pudo salir en procesión por primera vez el 29 de junio de ese año, acompañado por una multitud emocionada de fieles. Esta procesión fue posible por la gestión de Jaime Quispe Cancino, miembro de la “nueva” Hermandad e identificado con la agrupación religiosa Virgen del Carmen.
Como se preveía el destino del dinero recaudado en esta fiesta no fue de nuestro control. Según los señores Espinoza y De la Cruz, la utilidad, publicada en Purumarka fue de S/. 250,000 de la época. Una vez culminada la festividad del 29, la Hermandad sólo era poseedor de la Imagen. Solicitamos al señor Rodolfo Espinoza realizar un inventario de las pertenencias de San Pedro, el cual fue aceptado y realizado. Se entregó las vestimentas del Patrón a la camarera, Sra. Leonor Romero de Sotomayor. Transcurrido el primer año y previa asamblea general se procedió a recoger todas las prendas de San Pedro y designar a una nueva camarera, recayendo el cargo en la persona de nuestra Hna. Esperanza Yparraguirre de Gutiérrez.
El primer juez de agua de nuestra institución en 1981 fue Rómulo Valderrama Alejos en compañía de su esposa Graciela Bocanegra Moreno. La primera fiesta patronal se celebró en el Jr. Callao, cruzando por vez primera San Pedro el río Rímac.
Desde su constitución La Hermandad San Pedro de Corongo fue una verdadera institución, por su seriedad, honestidad, voluntad de trabajo, solidaridad y transparencia, pero sobre todo por tener objetivos claros y una gran misión no sólo para sus integrantes, sino fundamentalmente para la comunidad coronguina. Precisamente esta gran misión, la de mantener viva e integra la fiesta patronal de San Pedro en Lima, permitió tener una enorme aceptación de los coronguinos residentes en Lima. De este modo la “nueva” o mejor dicho la verdadera Hermandad se consolidó al obtener la personería jurídica (al registrarse en el capítulo de asociaciones, de los Registros Públicos de Lima, con el Nº a fojas 4625), adquirir un terreno e iniciar la construcción del local institucional en 1982.
1/. Extraido de Callahuca Nº 4, Vocero de la HSPC, marzo del 2004.
No hay comentarios:
Publicar un comentario