Un conocido coronguino, don Jaime Quispe Cancino, miembro activo y fundador de la Hermandad San Pedro de Corongo, tuvo la oportunidad de trabajar con quien en vida fue el gran lingüista peruano, don Luis Jaime Cisneros Vizquerra, como se puede constatar en la nota de prensa post mortem que él preparó
Luis
Jaime Cisneros
El día 20 de
enero dejó de existir a la edad de 89 años, el ilustre maestro doctor don Luis
Jaime Cisneros Vizquerra, a quien tuve el honor de tratar y entablar una
hermosa amistad.
Allá por el
año 1967 fui convocado por el ilustre lingüista don Pedro M. Benvenuto Murrieta
para laborar para la Academia Peruana de la Lengua, instituciónr que me
permitió conocer muy de cerca al ilustre maestro Luis Jaime Cisneros. Él se
distinguía por ser un auténtico caballero y, a pesar de su trascendencia
internacional, nunca dejó de ser el hombre humilde y sincero de generosa
amistad.
Lamentablemente
desde un tiempo atrás, su enfermedad fue socavando su estado físico, tanto así
que estuve visitando su hogar constantemente para seguir mi labor dentro de la
Academia. Él como director de la Academía, era una persona muy responsable y no
quería dejar de cumplir con sus obligaciones. Tengo todavía recuerdos muy vivos
de nuestras conversaciones, sus consejos, sus interesantes temas y también su
sentido del humor. Tanto él como su secretaria, la Dra. Martha Hildebrandt, me
apoyaron en todo momento, incluso cuando dejé de laborar para el Club Nacional
y no tenía muy claro que rumbo tomar.
El regalo más
grande que he recibido de don Luis Jaime, es el haberme dedicado unas líneas en
el boletín Nº30 de la Academia que humildemente transcribo a continuación:
"La Academia
quiere dejar constancia en este numero de su gratitud y simpatía hacia uno de
sus más fieles colaboradores, don Jaime Quispe Cancino, quien ha cumplido
treinta años en la puntual tarea de ser nuestro brazo derecho, nuestro
auxiliar, nuestro amigo en cuantas tareas administrativas resultó necesaria
para la buena marcha de la institución. En la memoria de Jaime Quispe Cancino
se guardan conversaciones valiosas de nuestros más ilustres académicos, y por
eso la corporación ha premiado y realza su lealtad."
Gracias, don
Luis Jaime por haberme privilegiado con su existencia. Despidamos al maestro y
elevemos una oración en su nombre. Que Dios lo reciba en su seno y que le dé
vida eterna. Hasta pronto don Luis Jaime, hasta pronto maestro.
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